-Hipo
De Viernes-
No
se trata ya de economía.
Esta
tarta gigante que lucía
tremenda
y sin azúcar,
donde
los pasteleros se llevaban
las
manos a la cabeza:
¡Qué
haremos con ella, no lleva
azúcar
qué desastre!
-no
tiene fondos, parné, liquidez,
solvencia, reservas, etcétera-
No
resultó ser una tarta sin dulce
sino
un tarta de cartón
-sin
masa ni ingrediente que se sostuviera-
Allí
donde unos y otros, políticos
-representantes
de la ciudadanía-
sindicatos
-ídem del proletariado-,
y
banqueros -los que van siempre por libre-,
saquearon
hasta el mismo centro
la
riqueza de ingredientes del enorme pastel.
Ahora
los que miramos la silueta enorme
de
ese cartón que no es otra cosa
que
nuestra tarta,
vemos
el desamparo en la justicia,
en
la política que se merendó parte de lo nuestro,
en
los sindicatos que se llevaron otro mordisco,
en
los banqueros que son los del parche en el ojo.
Y
pensamos en aquellos primeros pasteleros
si
imaginaron que alguna vez
esto
podía ocurrir, y hasta lo dudamos.
Porque
ahora ya todos somos diabéticos y
aborrecemos
las tartas, y mucho más el dinero
y
el sistema pseudo político-jurídico-financiero
de
todos estos impresentables.
Nená de la Torriente