El milagro de tus manos no sale de un pozo,
tampoco
de un corazón generoso que pía en
busca
de otras manos.
Sí
es cierto que parece el ala de un gorrión
incansable
en continuo derroche, pero no
habita
en una mente perfecta ni en un estado de
excelencia
que la domine.
Por
ese motivo tus manos traen siempre milagros,
como
si de tierra yerma nacieran Siemprevivas
y
sus
treinta especies.
Nená de la Torriente