“Érase que se era.
Bola va bola venga.
En un lugar muy lejano.
Había una vez.
Hace muuchos, muuchos años.
Aquella mañana temprana…”
No.
No
quiero cuentos.
Quiero
una realidad contigo,
tu
cuerpo en mi cuerpo gritando,
mi
boca en tu boca atrapada en
una
sola lengua, y lento,
lento
el amanecer que nazca,
tanto
como crezcan nuestros
escalofríos, sin palabras.
Tal
vez se escape una lágrima
de
amor cándida
que
beberemos entre los dos.
Nená de la Torriente