domingo, 30 de junio de 2013


Detén el minutero que se resiste, 
a los segundos ya los he sobornado 
con una caja de galletas. 





Todo es tan sencillo como cerrar las espitas 
de los barriles o abrirlas y vaciarlos enteros. 
Yo ya escucho a la mañana cantar 
no sé a qué estás esperando. 
Por ahí se sale a la calle,  no hay limoneros 
pero hasta aquí llega el olor a limón. 
Haz del mundo el lugar qué quieras 
y vívelo,  que no te vivan los días como 
hojitas de calendario, 
enseña lo razudo de tu sangre, 
tu víscera más hambrienta 
y sal a escuchar la mañana 
como yo ya la estoy escuchando. 




Nená de la Torriente