sábado, 29 de junio de 2013

Cuéntame tu historia, te escucho. 
No temas este espacio que ocupo ni 
el sonido atiplado de mi voz. 
Sólo dos para dos y tus palabras, 
una a una,  dámelas a tu parsimonia 
o alacridad,  yo no voy a marcharme, 
ni a ignorarte por ser distintos en tamaño 
y forma. 
Nadie va a medir el encuentro de dos extraños, 
te lo prometo. 
Háblame,  reposa tu silencio sobre el hueco 
de mi pausa,  y ve colocando vocales y consonantes 
cargadas con tus cosas. 
Permíteme por un momento que sea tu hogar, 
tu fogón,  tu mesa,  tu melodía. 




Nená de la Torriente