Cuarteado
y
sigue maquillándose.
Cansando
hasta la extenuación.
Burlado,
empujado,
abusado,
manipulado, y
sigue
entregándose.
¿Dónde
está el extremo
que
creará la rotura?
¿En
que punto exacto el cerebro
le
gritará basta?
¿Se
subordinará?
El
corazón y sus válvulas
carga
con otras espitas fecundas,
tan
desprendidas,
tan
inabordables,
que
se reproducen si se van obturando
¿Pero
cuánto durará esto?
Nená
de la Torriente