jueves, 6 de junio de 2013

  -Muchacho,  no me torees-


Mírame bien. 
No hay pitón que me cornee,
ni despejo la nuca para buena
estocada. 

Es lo que tiene la miel de la flor 
y el azúcar de la fruta, 
nadie las reconoce hasta que se 
convierten en miel o en azúcar. 

Despacio,  lentos 
se ven mis pies cuando van a toda prisa, y
cuando hay nubes llevo un sol 
y cuando hay sol, 
saco un tendido de nubes. 

Mírame bien muchacho. 
No intentes 
marearme con tu capote
escarlata.  

¡Al monte, hijo,  al monte,
a burlar a los tréboles!  


  
Nená de la Torriente