jueves, 27 de junio de 2013

No sé llegarte 
como se acercan de burbuja a burbuja las olas, 
ni en silencio sutil al mimo los gatos. 
En este ir y venir de los años 
-porque vuelven más que caminan- 
he dejado huellas de dígitos en muros desconocidos 
y marcas de pies en los techos. 
Y cuando hablar no se podía,  he cantado, 
sin poder darme un motivo ni querer dármelo. 
¿De qué modo se acerca uno al otro lado del río 
si nunca se ha hecho preguntas y hoy aparecen 
como las aguas? 
Intento borrar el signo,  me doy la media vuelta, 
hago el pino,  pero nada funciona. 
Creo que siempre tuve una aleta y la he perdido. 
La mente ha querido partida y ha jugado sus cartas 
atrapándome en este extravío ciego y húmedo. 

Perdona si hoy aguardo tu baliza en esta niebla. 





Nená de la Torriente