sábado, 18 de mayo de 2013




Tantas veces la flor vuelve 
y nunca es la misma, 
que me maravilla que en idéntica tierra 
y sobre la misma semilla 
pueda crecer tanta peculiaridad. 
Nadie es igual a otro 
aún cuando tenga el mismo tallo. 
Muchos años pasamos por los calendarios 
sin mirarnos, 
el balance se hace innecesario 
y creemos que es el tiempo lo único 
que importa, 
acumular experiencias que terminarán 
robándonos minutos. 
Cada día ese cómputo de sensaciones 
acomodará el orden de tus habilidades 
y aprenderás cada vez más deprisa. 
No corras,  succiona y trasiega las cosas 
de un lugar a otro. 
Observa el movimiento del agua 
y de tus manos, 
el chasquido de la hoguera y 
el bombeo de tu corazón 
cuando ella anda cerca. 
El cielo es azul en todas partes, 
tú lo agonizas o lo enalteces, 
como las calles de todas las ciudades 
se hacen a tus ojos amantes 
o a tus confidentes labios.




Nená de la Torriente