Rompo
fotografías pensadas
con
todo lo que me hiere.
Me
digo que es absurdo sufrir
que
hemos venido a gozar,
que
es nuestro primer mandamiento.
Encuentro
la lógica fórmula
de
entender la alegría de vivir,
de
sentirlo todo como parte de mí,
hasta
la escasez de aire
de
este pulmón asmático la hago delicia.
La
soledad depende de nosotros,
hay
millones de solos buscándose
que
necesitan un abrazo.
La
ternura es más poderosa
que
cualquier instrumento del lenguaje.
El
ser humano es un pobre animal desnortado
con
su propio tiovivo y vagos recuerdos.
Si
es tan claro el mensaje,
si
el camino, a pesar de ser tan complejos,
es
tan recto y se ve el desenlace,
dime
¿por qué sufrimos tanto?
Es
tan dolorosamente incoherente
que
el dolor se multiplica.
Nená de la Torriente