Así
de grande es un suspiro
que
abarca de pecho a espalda
una
circunferencia
y
queda aturdida.
Así
de generoso que concibe
un
mundo en una burbuja de
aire
que se escapa.
Así
de hermoso es un suspiro
que
descansa al rayo que nos quiebra
y
ni siquiera lo descifra.
Así
de insólito es un suspiro
que
no hay uno igual a otro
ni
en tamaño ni en sonido,
y
cada uno lleva enganchado
en
su medida fuego tibio
de
ese ímpetu de lo vivo.
Nená de la Torriente