Me
faltan manos para escribirte
y
se acumulan los grises
en
la memoria.
Todo
lo que llega como el
expreso
sin apeadero
va
lanzando mis papeles
como
máscaras rotas.
Yo
te digo a gritos,
te
cuento cosas,
la
maleta, la montaña de cosas,
el
primer nombre del día,
los
tics de la gente,
las
risas curiosas,
los
tacones indiscretos
de
la medianoche,
las
zancadas del labriego,
y el
olor de ese humo de tabaco viejo
de
boca en boca.
A
veces no sé si es de día o de noche
porque
mis ojos están en objetivos
de
cámara y otros escritos con vestido
diferente,
otras
me río tanto, que los cierro
y
muchas, están despejados de tanto
soñar.
Pero
yo te digo a gritos,
te
cuento todo lo que siento,
de
otra manera, claro,
pero
te cuento,
nunca
dejo de hablarte de mi trocito
de greda.
Nená de la Torriente