En
las lagunas del alma
se
cuelan los piratas,
que
no son aquellos tipos rudos
con
patas de palo y loros
en
el hombro,
son
musgaños huecos que vienen
de
Babia siempre con hambre fiera.
Toman
por derribo todo cuanto
encuentran, aniquilan las pequeñas luces,
tapian
puertas y ventanas,
y
se instalan.
Es
entonces cuando cualquiera puede
equivocarte,
porque
tienes intrusos dentro,
porque
estás habitado por una panda
de
inútiles glotones
provocándote
interferencias.
Cada
uno necesita algo y su panda de
musgaños
le ciega,
multiplica
su necesidad y le anula
el
juicio.
¿Cómo
librarse de..?
Dormir
boca abajo y con la boca
abierta.
Extraño
¿eh?
Nená de la Torriente