Dormido
aún, arrastra los pies
hasta
su armario.
Tira
de la manilla de la puerta
y
un mundo generoso en colores
vivos
de selva, sale inundándolo todo.
Lianas
verde musgo,
aves
de plumas rojas,
ramas
curvas y hojas como chairas,
hasta
el estallido de mil sonidos.
El
recién despertado
mira
todo aquello y dice:
‘Bueno, ¿pero hoy qué me pongo?’
-Por
eso es tan importante aprender
a
soñar a cualquier hora-
Nená de la Torriente