Imagínate
boca abajo
hablándoles
a los pies
de
los otros.
El
mundo lleno, por cada uno,
dos, y tú pintando ojos con tiza
desesperado,
afligido
porque no te ven,
claro
que tampoco te hablan.
Y
algunos, necesitan un potente
desodorante,
además
te tiran del pelo
o
será que se lo comen,
o
lo ambicionan.
Imagínate
que es el mundo
el
que está haciendo el pino,
intentas
no pisarles las manos,
lo
único que se te ocurre es
desnudar
zapatos y hacer cosquillas,
y
usar los 45 o 46 como mesitas
auxiliares
donde apoyarse a descansar
un
rato.
Para
que luego digan que la perspectiva
no
cambia mucho las cosas,
aunque así visto pareciera la misma.
Nená de la Torriente