En
un universo paralelo
tú
tendrías mi voz y yo la tuya,
mi
fe y mis pesares en tu mochila,
tu
armonía y vitalidad en mis manos.
En
un universo paralelo
te
levantarías de noche descalzo
y
beberías agua como si fueras un pez,
apenas
sin abrir los ojos, como una
reminiscencia
de la herencia de un pasado
muy
lejano.
Saldrías
al balcón y dejarías que el viento
te
soplase o la lluvia, y volverías a la cama
o
al sofá,
o a la alfombra de pelo.
Yo
dormiría toda la noche y de vez en cuando
me
despertaría pensando en ti,
pero
volvería a dormirme acurrucada.
En
un universo paralelo
tú
tendrías la risa que alza el vuelo de las palomas,
y
yo,
la sonrisa que colma de paz a todo el que la mira.
Nená de la Torriente