miércoles, 8 de mayo de 2013

-Dios o no Dios-


Son muchos recados para el Dios 
de los hombres,  y 
apenas un montoncito para el 
Dios de los inhumanos. 
Podemos imaginar un mundo donde 
van nuestras cartas, 
podemos idear una entrada sin aldaba, 
intuir que existe una fuerza 
detrás de toda esta fuerza 
y que es asertiva como lo es el amor. 
También podemos bajar la cabeza 
y comernos las cartas, 
y anunciar: 'esto soy y esto tengo', 
y dejar pasar los días con el firme 
convencimiento 
de que nada puede impulsarnos, 
porque la firmeza es sólo nuestra 
y se acaba en nosotros. 



 Nená de la Torriente