Algunos
todavía creen
que
la vida se cursa en los libros,
y
vamos tirando de momias
por
toda compañía humana.
Un
poema no es un poema sin ti
que
no tiemblas,
que
no te lo arrimas ni te hace mirar
una
flor de otra manera.
Me
dan miedo esos días de aforo,
cuando
la calle está llena y parezco
una
mendiga de ojos, de sonrisas,
de
cualquier gesto de humanidad
serena.
Me
dan miedo porque cada vez
reinciden con más frecuencia.
¿Dónde
está la vida?
¿Detrás
de qué mueca?
No
hay ademán en rostros
de
cartón entristecidos,
y
me duelen,
me
duelen inmenso.
Nená de la Torriente