sábado, 11 de mayo de 2013


No hay desencanto 
sólo son nubes que bajan despacio 
formando niebla 
y dejas de ver. 





Las cosas que ayer parecían hialinas 
con la calígine desaparecen, 
y a tientas las buscas un rato 
hasta que te sientes ridículo. 
Comprendes, 
comprendes, 
siempre comprendes 
que la naturaleza tiene sus parcialidades 
y en ocasiones su probidad, 
y que quieras o se te olvide 
eres parte de ella, 
aunque tengas la condición de ser el elegido 
para relatar sus acontecimientos. 




Nená de la Torriente