No
hay desencanto
sólo
son nubes que bajan despacio
formando
niebla
y
dejas de ver.
Las
cosas que ayer parecían hialinas
con
la calígine desaparecen,
y
a tientas las buscas un rato
hasta
que te sientes ridículo.
Comprendes,
comprendes,
siempre
comprendes
que
la naturaleza tiene sus parcialidades
y
en ocasiones su probidad,
y
que quieras o se te olvide
eres
parte de ella,
aunque
tengas la condición de ser el elegido
para
relatar sus acontecimientos.
Nená de la Torriente