De
qué te sirve el verbo
si
no lo conjugas,
ni
el beso si no te quema
los
labios,
de
qué el navegar si siempre
vas
hacia delante
y
nunca hacia los lados,
de
qué guisar
si
no pruebas los guisos.
De
qué te sirve escribir
si
no te lees hacia dentro,
de
qué que te quieran
si
no sabes que es quererse,
de
qué ser un hombre bello
sin
otro talento.
De
qué te sirve este poema
si
tú sabes de sobra
que no vas buscando los versos.
Nená de Torriente