sábado, 11 de mayo de 2013



Consuelo 
en tacita pequeña. 
Un beso 
en céntimos de euro 
con forma de guiño mal 
trazado. 





Bálsamo 
con una sonrisa breve, 
como rejón de sol que 
atraviesa la hoja de olmo 
y se hunde en el rostro. 
El roce de tu roce 
apenas sin darle salida. 


Alivio 
de un latido rabioso 
que calma un verso humano, 
taumaturgo y 
fascinante. 


Todo
eso 
tú 
podrías 
dármelo. 




Nená de la Torriente