Consuelo
en
tacita pequeña.
Un
beso
en céntimos de euro
con
forma de guiño mal
trazado.
Bálsamo
con una sonrisa breve,
como
rejón de sol que
atraviesa
la hoja de olmo
y
se hunde en el rostro.
El
roce de tu roce
apenas
sin darle salida.
Alivio
de un latido rabioso
que
calma un verso humano,
taumaturgo
y
fascinante.
Todo
eso
eso
tú
podrías
podrías
dármelo.
Nená de la Torriente