miércoles, 4 de septiembre de 2013

-A Topo, un viajero-





Descansan las maneras en los bancos 
como tanto suspiro para adentro, 
ya no va a doler nada más que lo que 
sangre,  y justo hasta que sea tapado 
por el apósito. 
Cuando el cansancio nos alcanza,  crees 
que ves luz en cada esquina y sólo son 
modales. 
Los hombres,  las mujeres,  esconden bultos 
que deberían mostrarse como hijos, 
porque enlazarse es mejor que cubrir errores, 
o que buscar modos para parecer mucho 
más guapos. 
Yo amo la frescura de la gente,  la verdad 
sin contenerse,  sus sinrazones, 
la pasión que salta y que se apaga, 
y hasta esa misma que se duerme, 
porque todo en la vida tiene su norte. 



Nená de la Torriente