Casi
prefiero contar la arena de este balde
y
pensarte poco a poco, y tanto en cada una de
tus
cosas,
que
mirar el cielo en su infinitud de estados
y
pequeños puntos, e imaginar un generoso
mundo
donde apoyar mi costado.
Que
de ti no hay mundo, eso lo sé,
donde
apoyar mi límite o mi ribera,
ni
una tableta de colores donde enredar mi lienzo.
Pero
en cada minúsculo grano de arena hay un tú
al
que yo le hablo,
y es siempre de una manera
nueva.
Nená de la Torriente