domingo, 22 de septiembre de 2013



Sonríeme de refilón
aunque no me gusten las redes
‘asociales’,  ni pertenecer a grupos de grupos
que no se sabe donde empiezan.
Anda... Sonríeme un poco,
que como yo te estimo no lo hace ese
que coloca su cara y tú desconoces.
Yo te quiero como el universo en su remanso
amigo,  sin pretensiones.



Cada cuanto un ganso hace ruido en el río, 
palmetea en el agua levantando las hojas 
de los nenúfares. 
No llama a la aurora,  sino a las llamas 
de la fogata prendida en la orilla. 
Hago como que no me entero,  y el ganso 
piensa que soy estúpida. 
Lo que piensa el ganso es como la llama 
prendida en la orilla, 
dura lo que duran las hogueras 
-si desease perdurar más,  no me importa- 






Nená de la Torriente