domingo, 29 de septiembre de 2013

Llevo el agua en los ojos,  y 
de ahí beben los animales y las ramas bajas 
de todos los árboles, 
por eso ir a las concentraciones 
de personas me asusta, 
porque sin que ellas lo sepan 
me dejan laguna seca e invidente. 
Ya sé,  ya sé que no lo entiendes,
pero mis ojos 
no son unos ojos al uso. 
Miran sin ver porque son esponjas y 
retienen el agua de todo
lo que les vive cerca, 
y de algún otro modo lo devuelven: 
Al salto de charco de niña
soñada en una infancia feliz, 
o en tazón 
de mujer contradictoria siempre. 






Nená de la Torriente