Llevo
el agua en los ojos, y
de
ahí beben los animales y las ramas bajas
de
todos los árboles,
por
eso ir a las concentraciones
de
personas me asusta,
porque
sin que ellas lo sepan
me
dejan laguna seca e invidente.
Ya
sé, ya sé que no lo entiendes,
pero mis ojos
no
son unos ojos al uso.
Miran
sin ver porque son esponjas y
retienen
el agua de todo
lo que les vive cerca,
y
de algún otro modo lo devuelven:
Al
salto de charco de niña
soñada
en una infancia feliz,
o
en tazón
de
mujer contradictoria siempre.
Nená de la Torriente