martes, 10 de septiembre de 2013

-Entre dos lunas-

  
Apenas sí queda aire en esta habitación 
Y un rayo de luz abre una brecha en el techo 
Sin esperanza alguna. 
Todo es espesura, contaminación, 
Peso sin palabras,  sombras que se mueven 
De un lado a otro. 
Siento que las sienes arrestan mi habla, 
La conducen a otro lugar cargado de aire limpio, 
Un lugar de vendimia,  de frutos rojos, 
Donde la naturaleza quiere escucharme, 
Quiere respirarme, 
Gritarme. 
Seguramente no hubo tiempo para decirte 
Lo que echaba de menos, 
Lo que estaba y estoy necesitando. 
¿Pero quién quiere compartir sus miserias? 

No somos animales fáciles. 





Nená de la Torriente