miércoles, 25 de septiembre de 2013

-No, no era así-


No,  no era así el cuento que me contaron. 
En él había un árbol sabio y un perro 
que salía de una caja de cerillas, 
otro que tenía ojos como molinos de viento,  y 
un tercero tan listo que podía atravesar las 
paredes. 

No,  no era así el cuento que me contaron. 
En él había hombres y mujeres buenos, 
unos y otros se sentían orgullosos de entregarse 
y buscaban el modo de ofrecer su ayuda. 

No,  no era así el cuento que me contaron. 
En él había ríos de aguas túrbidas que lavaba 
la lluvia,  y lágrimas que se recogían en botes 
porque éstas si se plantaban jamás volvían, 
germinaban en hierbas altas siempre.

No,  no era así el cuento que me contaron. 
En él cada beso era puro estremecimiento, 
una cascada de fuego bajando desde la colina, 
una mordida en la nuca, 
el desvanecimiento sostenido 
por un hilo de aire. 

No,  que va, 
no era así el cuento que me contaron. 
Las brujas y los hombres del saco 
salían siempre corriendo, 
no se sentaban en butacones, 
ni manejaban el mundo, 
no escribían el final de la historia 
con su insidiosa mano, 
ni eran ellos los que deletreaban 
‘éste será vuestro FIN’. 


-Por eso nunca me he creído este cuento-





Nená de la Torriente