No
tenemos los mismos zapatos
pero
hacemos lecturas atrevidas
de
idénticos viajes:
Tú
has andado con este paso,
no, no, tú lo hiciste con este rastro.
La
extrañeza con que miro los diez
dedos
de tus pies es mayúscula,
como
enorme es el amor con que les abrazo.
No
sé leer en ellos con exactitud
si
fueron de un modo o de otro,
o
si en el kilómetro tres corrieron.
Es
como querer entender el universo,
desde
lo más sencillo hasta lo más complejo;
a
mí me basta con contemplar las estrellas
y
sentirme afortunada y parte de todo esto.
Así
miro o acaricio tus pies
y de esa misma manera los amo.
Nená de la Torriente