lunes, 9 de septiembre de 2013




No tenemos los mismos zapatos 
pero hacemos lecturas atrevidas 
de idénticos viajes: 
Tú has andado con este paso, 
no,  no,  tú lo hiciste con este rastro. 
La extrañeza con que miro los diez 
dedos de tus pies es mayúscula, 
como enorme es el amor con que les abrazo. 
No sé leer en ellos con exactitud 
si fueron de un modo o de otro, 
o si en el kilómetro tres corrieron. 
Es como querer entender el universo, 
desde lo más sencillo hasta lo más complejo; 
a mí me basta con contemplar las estrellas 
y sentirme afortunada y parte de todo esto. 
Así miro o acaricio tus pies
 y de esa misma manera los amo. 




Nená de la Torriente