Es
triste estar entristecida cuando todo
a
tu alrededor está gritando glorias.
La
belleza como un campo de minas
que
te estalla en cada amanecida
y
no puedes dejar de estar agradecida
por
cada maravilla que estás mirando.
Por
cada minúscula nimiedad de pared
que
cae a tu paso inadvertida,
sobre
ese fondo de suelo donde habita una hormiga
que
juega con la pequeña flor entre dos piezas
de
terrazo.
Es
como mirar con los ojos de una cueva
que
ve fluir al riachuelo
hacia
una superficie iluminada.
Nená de la Torriente