no
hay pasillo que no se vaya estrechando,
ni
modo que no lleve nudos.
Gesticular
y hablar con el mismo idioma
pero
con contenidos nacidos en lugares
diferentes,
en
cielos con nubes que sólo hablan,
o
allí donde habitan nubes que sólo sueñan.
De
ojo a ojo parece que hay entendimiento,
Y
de mueca a mueca excelente penetración
pero
la cama no se ha movido,
la
colcha está en su sitio y la sábana
permanece
planchada y fría.
Nunca
se llegará al otro lado de la calle.
Nunca
a la orilla donde sale el sol.
Nunca
al mantel donde está la sangría.
Nunca
-aunque hables hasta quedarte muda-
sucederá
la deseada conexión.
Nená de la Torriente