jueves, 5 de septiembre de 2013

-NACER CADA DÍA-


Te desvistes de la piel  
de todo lo anciano,
de aquellas cosas que vendiste 
tan caro y que valían tan poco. 
Sueltas de los labios el rictus 
y devuelves a la boca su sonrisa 
más inocente. 
Te descuelgas del lazo de los debes 
de antes del Diluvio , y conservas 
la certeza de la primera sensación 
de gozo: 
La caricia del viento en la cara, y 
el beso del sol en los labios 
al abrir la ventana 
esta hermosa madrugada.



Nená de la Torriente