lunes, 20 de agosto de 2012




Volvemos a los mismos sitios  
a llorar a trozos, 
a preguntarnos, sabiendo la respuesta, 
si no pudimos haberlo hecho  mejor. 






Las segundas oportunidades que da la vida 
son engañosas si no guardamos en los armarios 
las mochilas de ropa,  con las que hemos 
cargado siempre. 
Por eso, si vas a huir, 
asegúrate de no llevarte nada 
y de no estar  huyendo, 
sal de casa con todo resuelto; 
llámalo huida o como te venga en gana 
pero deja los cajones bien cerrados 
y la ropa colocada,  
por si otro quiere ocupar su lugar. 
Y llora,  llora todo lo que necesites, 
cuánto necesites,  ahógate un poco, 
nadie va a venir a salvarte, 
estás sola, 
estamos solos, 
¿por qué ahora iba a ser distinto? 



Nená de la Torriente

2 comentarios:

  1. Un buen montón de buenos consejos.

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  2. Gracias coeliquore, pero tú ni caso como consejo; es que cuando pienso escribo, y la mayoría del tiempo no me paro a pensar lo que pienso ni lo que escribo, osease que deben de ser fracciones pensadas con trocitos de corazón sueltos que no saben volver a casa, vamos una locura.
    Un abrazote,

    Nená

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