Cuando
escribes pescado
hueles a pescado
todo el día,
aunque lo vistas
de colegial
por unas horas, y
busques
la extravagancia
más excéntrica
y deslumbrante, sólo eres un pez
fuera del agua.
Recuerdo que se me
llenaba
la boca de
palabras enteras,
dispuestas para el
baile,
retocadas de
carmín,
repeinadas, estrafalarias,
con guantes en
verano y desnudas
en el mismo centro
de marzo.
Entonces también
olía a pez
fuera del agua.
Ser un pescadito
es
nostálgicamente
delicioso
por la pasión del
gran salto,
aunque suela ser
tan necesariamente breve.
Nená de la Torriente
al amanecer me ha contado una sirena
ResponderEliminarque la mar arbolada no es nada sin ella que la nada
hay días que sale a la orilla trasmutada en delfín
alimentando nostalgia de saltos nadando a boca llena
con palabra gris perla que no necesita adorno
tu olor a sal cuando escribes pescado
delicioso tiempo hasta necesariamente breve
Si el mar recortase figuras
ResponderEliminary llevase delfines o sirenas,
un tritón acercaría mi costa
a tu costa
para que los cofres que agonizan
bajo sus rocas -llenos de poemas-,
tuvieran un desencriptador
que por fin los liberase
de los cientos de corales.
Gracias por tus preciosos comentarios,
Nená