domingo, 12 de agosto de 2012



Bebo de ti cuando puedo 
y cuando no 
bebo de mí largo rato. 

Las mañanas son pellizcos 
de invierno en primavera, 
las noches,  siempre noches 
de verano. 






Adoro el sonido del avellano 
cuando el viento le soborna 
y hace de él un bandoneón argentino. 

Consigue  que mis pies se deslicen 
por una hierba nueva 
y sea la más bella de las almeas. 




Nená de la Torriente

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