jueves, 23 de agosto de 2012


Algunos poemas son 
una intimidad farragosa, 
otros son estructuras farragosas 
de intimidad expuesta. 
El yo como yo no existe 
en los segundos, 
pero sabes que tal vez 
hay un tú que los lea y los adopte. 
Todo es tan personal 
que se hace difícil escapar 
a la distancia de un diario, 
pero esa distancia es enorme. 
El goce de escribir es tan 
pluscuanimperfecto, 
que es su infinitud va creando 
escenarios –la mayoría personales 
que son más fáciles de recordar-, 
y va creciendo de una forma piramidal 
invertida, que no entiendes 
ni como se sostiene. 
El poema no es tanto del que va trazando letras 
como del que engulle esos versos 
y los transforma 
en bellos pasajes inimaginables 
para el poeta. 
Podrán decir los sesudos: 
‘Señorita,  eso no es poesía’,  sujetos 
a leyes ya escritas, 
y reconocer con un amén todas sus enseñanzas. 
Pero la poesía está viva, 
y lo vivo está en constante movimiento, 
como esos labios tuyos, 
cuando me dicen:  ‘No te detengas’. 




Nena de la Torriente  

6 comentarios:

  1. ¡Qué bien has expresado la esencia de la poesía!!!!. Señorita: me encanta.

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  2. ¿Engullir poesía?

    Digamos mejor beberla o degustarla con un buen vino.

    Un besuco farragoso.

    P.D. Ese Cuaderno de Nueva York de Hierro es uno de los grandes y mejores libros de poesía.

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  3. Gracias señorita Coeliquore, usté siempre tan amable.
    Beso, beso, beso.

    Nená

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  4. A veces Tempero, se engulle, por la pasión con que se leen algunos versos, se tragan sin mastigar, otros sí se degustan. No sé qué es mejor, unos levantan pasiones y otros dan una sabiduría lenta, todo es bueno en su medida.
    El libro de Hierro es uno de mis preferidos, pero es curioso, tiene un par de poemas que arrancaría -aunque ya sé que está muy mal eso de criticar a los maestros-
    Besucos,

    Není

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  5. tu verso es atracción
    esperanza y nacimiento
    que se desdobla en otro
    que te lee en la distancia rota
    anónima intimidad
    tu emoción que fluye
    que mueve mi canto rodado
    tu verso incita mi verso

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  6. Ojalá pudiera devolverte
    por cada verso tuyo
    un obsequio,
    y hacerte sentir
    la misma sensación
    de abundancia,
    con cada una de tus letras.

    Muchas gracias Rafael, tu comentario es una inyección de ánimo, -que últimamente me viene de perlas-, y más viniendo de un poeta como tú. No sabes cuánto te lo agradezco.

    Nená

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