-Confesiones que llamarán de azúcar,

los que tienen el corazón de alquitrán-

Siempre quedan cosas que decir 

y un mismo mensaje. 

Si yo pudiera,  si pudiera, 

conseguir que otro 

en su extraña gloria defectuosa, 

con letras  -lo único que cargo- 

acercarle un segundo 

de reparación,  como en los talleres 

mecánicos, pero sin minuta,

lograría sentirme

lejos de cómo me siento ahora,

realmente inválida.

Pero yo sé que el amor, como amor,

debe ser un invento socialista,

aunque el término en sí

fuese acuñado por los clásicos.

Sólo entiendo de cariños y de sacudidas

de estómago por instantes breves

que olvido demasiado deprisa.

Ayudar si puedo con aferrados

abrazos, devaluados indebidamente.

No soy Santa Nená de las sandalias

planas,

cuando me crujen las vísceras

tengo lengua de arpía,

pero son las menos veces.

Sólo pienso a menudo que

si yo pudiera, si pudiera secundar

a alguien,

con este escuadrón de letras

me sentiría mucho menos inútil.

Nená de la Torriente