miércoles, 22 de agosto de 2012



Hay días que el mundo se rompe, 
se parten las tazas,  se cuartean los techos, 
las mesas quiebran y parten el piso. 





Todo se viene abajo,  como un castillo 
de arena devorado por una ola, 
la confusión nos enferma,  nos asfixia, 
nos atonta,  no somos lo que creíamos, 
ni salimos de ésta iguales. 
Un bautismo vital nos inunda los pies 
y va subiendo,  como una crecida 
del río,  llenándonos cada palmo 
con un nuevo rezo. 
Después,  todo se ve diferente 
y vuelves a sonreír. 



Nená de la Torriente

5 comentarios:

  1. Pues la verdad es que sí. Eso, 'mesmamente' hoy sucede.
    Un abrazote de aquí a la Luna ida y vuelta,

    Nená

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  2. en esos casos mejor intentar dormir y mañana será otro día ;)
    requetemuá

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  3. alguien te ha estado buscando, lo dicen las estadísticas de mi blog.... unas 9 veces hoy.... no sé, o por lo menos, han llegado a mi blog 9 veces poniendo tu nombre.
    ???

    besito guapísima!!

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  4. Pues también es una opción Eva, jaja. Lo de que me busquen ya son ganas, se habrán perdido, no le eches cuenta.
    Un beso enorme princesuca,

    Nená

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