Hay
días que el mundo se rompe,
se
parten las tazas, se cuartean los techos,
las
mesas quiebran y parten el piso.
Todo
se viene abajo, como un castillo
de
arena devorado por una ola,
la
confusión nos enferma, nos asfixia,
nos
atonta, no somos lo que creíamos,
ni
salimos de ésta iguales.
Un
bautismo vital nos inunda los pies
y
va subiendo, como una crecida
del río, llenándonos cada palmo
con
un nuevo rezo.
Después, todo se ve diferente
y
vuelves a sonreír.
Nená de la Torriente
Un día como hoy, mismamente...
ResponderEliminarPues la verdad es que sí. Eso, 'mesmamente' hoy sucede.
ResponderEliminarUn abrazote de aquí a la Luna ida y vuelta,
Nená
en esos casos mejor intentar dormir y mañana será otro día ;)
ResponderEliminarrequetemuá
alguien te ha estado buscando, lo dicen las estadísticas de mi blog.... unas 9 veces hoy.... no sé, o por lo menos, han llegado a mi blog 9 veces poniendo tu nombre.
ResponderEliminar???
besito guapísima!!
Pues también es una opción Eva, jaja. Lo de que me busquen ya son ganas, se habrán perdido, no le eches cuenta.
ResponderEliminarUn beso enorme princesuca,
Nená