martes, 28 de agosto de 2012


Nací a las 7 de la tarde 
un día de lluvia intensa. 
Con ese sonido ‘clop,  clap, 
clop,  clap’ crecían las puntas 
de mi pelo y mis dedos 
enredaban lápices y hojas. 

Tantas líneas tecleadas 
a quemarropa,  a un tris de latido, 
que no había látigo, 
martillo ni cañón más imprudente 
que este corazón deportando letras.

¿Adónde te vas?  Me dicen los versos 
cuando no les miro. 
Sospecho que de tanto liar 
me han hecho un sitio, 
aunque no les haga honores, 
ni medio favores, 
ni un escaso ni furtivo descuido 
al componerlos bellos. 

Yo les hablo de ese sonido 
de lluvia tormentosa, 
y ellos se quejan como versos-niños 
que tienen hambre,  pero no me entienden, 
o suspiran como versos-grandes 
que fueron chicos, 
y quieren romperse en lluvia 
con la misma intensidad. 





Nená de la Torriente

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