miércoles, 15 de agosto de 2012


Cuando la niebla baja 
el beso frío de la humedad 
roza las hojas y los terrazos; 
el cabello se encrespa y la piel 
se baña con la respiración asmática 
del mundo. 
Como cuando cierras los ojos 
y los abres frente a un pañuelo 
de seda blanco,  y 
juegas a disfrazar las cosas 
y atenuar su intensidad. 
Es perderse en una nube y 
pisar firme, 
una llamada a despojarse 
de cualquier escarpín.         



Nená de la Torriente

3 comentarios:

  1. Por cierto, ¿cómo va tu asma?

    Besucos.

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  2. No te lo vas a creer, no he tenido nada, la humedad este año no me ha afectado. Estoy empezando a pensar que tengo un pulmón caprichoso, o que el asma también toma vacaciones -ojalá sean definitivas-
    Más besucos,

    Není

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  3. Me alegro un huevo, bueno, un montón.

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