Sombras, son sólo siluetas
de
viejos verbos pronunciados
por
hombres con vehemencia,
en
otro siglo, en este siglo,
como
un eco que cobra vida.
El
desencanto puede vender
emblemas
chocantes,
que
se sirven de la falta
de empeño por vivir.
Soldados, quieren reclutas
y
los encuentran.
¿Y
qué quieren ellos?
Un
lugar, un espacio
donde
ser parte de algo
pero
no de cualquier cosa.
Su
espacio, su lugar,
su
propio pensamiento;
regala
tu corazón si quieres,
nunca
tu juicio,
la
incondicionalidad, suspéndela.
Nená de la Torriente
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