jueves, 16 de agosto de 2012


Escondido en el rincón 
que abre al río la espesura, 
la ilusión,  los lazos y las viejas 
cartas con corazones en carboncillo 
en la lata de jabón. 
Una foto amarilla, pegada 
a la hojalata y un montón de  horquillas 
que me quitaste para darme sólo un beso, 
el primero. 
Algo parecido a lo que fue una rosa, 
ya no marchita,  ni cadáver embalsamado, 
un hilo atado a diminutos gusanos 
revistiendo lo que fue la más increíble 
de las rosas. 
No sabes cómo sonreí. 
La lata seguía allí,  oxidada, 
como un microcosmos ausente 
de ti y de mi, 
sobreviviendo solo. 




Nená de la Torriente

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Háblame