‘Que
todo sea para bien
si
estoy contigo’
-le dijo el asno
a
la yegua.
Pero
no todos los caminos
llevaban
a la misma cuadra,
ni
todas las cuadras cerraban
a
la misma hora.
La
cuadrícula marcada
con
los derechos y deberes
sobre
el muro de piedra,
se
fue borrando con las lluvias.
No
se sabe quien se fue primero,
cantarines
del todo
o
borrachines hasta las trancas.
El
amarre se quedó sin cuerdas,
solitario, en la tapia centenaria
y con los eternos humedales.
Nená de la Torriente
A lo mejor se fueron los dos a un tiempo, cada uno por su lado, aunque sin saberlo...
ResponderEliminarSabe Dios! Jaja
ResponderEliminarNená