miércoles, 15 de agosto de 2012


No sé si la manera de mirarse 
o ese paso lento en la escalera, 
haber llegado tan tarde, 
consumir el beso en un labio dibujado, 
perfilándolo  al detalle,  tanto tiempo. 
Soñar pensando que nunca es tarde, 
pensar soñando que todo está permitido.  
Cuando todo es un quiebro sobre 
un amago,  un regate sobre un cuarteo, 
quizá  eso fue lo que apagó a la mujer 
y despertó a la niña. 
No todas las cosas se declaran 
ni se esclarecen con palabras rotundas. 
Las formas, como los modos,  van y vienen 
como las yemas golpean las teclas 
y forman palabras 
otorgado vida a lo que no la tiene, 
o afanándosela a lo que sí la posee 
y se derrama.















Nená de la Torriente

2 comentarios:

Háblame