No
sé si la manera de mirarse
o
ese paso lento en la escalera,
haber
llegado tan tarde,
consumir
el beso en un labio dibujado,
perfilándolo
al detalle, tanto tiempo.
Soñar
pensando que nunca es tarde,
pensar
soñando que todo está permitido.
Cuando
todo es un quiebro sobre
un
amago, un regate sobre un cuarteo,
quizá eso fue lo que apagó a la mujer
y
despertó a la niña.
No
todas las cosas se declaran
ni
se esclarecen con palabras rotundas.
Las
formas, como los modos, van y vienen
como
las yemas golpean las teclas
y
forman palabras
otorgado
vida a lo que no la tiene,
o
afanándosela a lo que sí la posee
y se derrama.
Nená de la Torriente
Precioso nená
ResponderEliminarUn beso
Gracias princesuca.
ResponderEliminarBesos,
Nená