jueves, 30 de enero de 2014

Tuvo que ser 
ahí, 
debajo de la escalera. 
La tarta estaba más rica 
¡Ven a besarme pispajo, 
justo aquí,  entre el escalón 
y este montón de nata en la 
punta de mi nariz! 
Luego llegarán los tréboles, 
las musarañas de Babia, 
los dragones encantados 
con su baba de fuego, 
el roce de espuma de ola cálida, 
y me dirás: 
No tengas miedo 
Y te diré: 
No tengas miedo 
Y el hueco de la escalera 
será el de un campanario 
desde donde se verá el mar 
más allá del propio océano, 
tropezándose con cientos de costas. 
Pero tú yo jamás volveremos a estar solos. 






Nená de la Torriente