ahí,
debajo
de la escalera.
La
tarta estaba más rica
¡Ven
a besarme pispajo,
justo
aquí, entre el escalón
y
este montón de nata en la
punta
de mi nariz!
Luego
llegarán los tréboles,
las
musarañas de Babia,
los
dragones encantados
con
su baba de fuego,
el
roce de espuma de ola cálida,
y
me dirás:
No
tengas miedo
Y
te diré:
No
tengas miedo
Y
el hueco de la escalera
será
el de un campanario
desde
donde se verá el mar
más
allá del propio océano,
tropezándose
con cientos de costas.
Pero
tú yo jamás volveremos a estar solos.
Nená de la Torriente