sábado, 11 de enero de 2014

Dicen que el sol ha muerto, 
que han fallecido
un par de estrellas coquetas, 
y una parcela de cielo 
dejando una calva extraña 
en el intenso índigo. 




Dicen que ya no te importo, 
que me quieres, 
pero que se ha roto 
la lana que unía nuestros índices,  y 
dicen que quizá la luna sabía 
de tu soberbia más que yo. 
Dicen que a mí no me importa, 
que la espalda la tengo en carne viva 
y he seguido sonriendo. 
Que no voy a sostener nada 
en la palma que me hiera 
porque ya lo hice 
y porque me lo debo. 
También dicen  que ser
una estrella en el cielo de otro 
es lo que tiene, 
que terminas muriendo. 






Nená de la Torriente