miércoles, 8 de enero de 2014

Sirve verse en los demás, 
en lo bueno, 
en lo malo, 
en la arrogancia ridícula 
de esas ocasiones 
donde habría que permanecer discreto. 
Sirve verse 
en cada amor, 
en la forma de retorcer 
los pulgares, 
en el odio progresivo 
que renuncia a ti 
por un cantal de margaritas.
Sirve verse en los demás, 
en el cariño que depositan 
sin darse cuenta, 
en el que no depositan y debieron, 
y hasta en lo mal que construyen 
las respuestas 
para ser queridos sin querer. 
Sirve verse en los demás 
como puntos de luz en la niebla, 
para saber dónde estás  
y desde dónde has llegado. 
Hacia qué lado de la cuneta 
el bordillo es más prominente, 
qué cosa estás construyendo,  y 
si vas echando un pulso 
al recorrido,   
o vas a paso tardo y timorato. 






Nená de la Torriente