El desánimo
es una incredulidad.
Henri Frédéric Amie
Quería
contarte un cuento
de
Reyes distinto.
Un
cuento sin estrellas,
sin
caras sonrosadas,
con
coronas de flores sobre
melenas
oscuras.
Quería
soplarte una noche
especial,
que
no saliera en ningún
estúpido
telediario
como
marioneta del despilfarro
y
del derroche.
Quería
contarte amor, que hay amor
más
allá de este amor que te arrimo
silencioso
cada noche,
o
a las doce de cualquier día
haga
sol o caigan chuzos de punta.
Porque
sólo tienes que creer,
creer
desde los cordones de los zapatos
hasta
la punta de la cerviz
y
dejarte invadir por cualquier soplo
de
verano siendo enero,
sin
hacer preguntas.
Nená de la Torriente