cuando
hablamos de esas cosas,
¿acaso
no ves cómo noto escurrirse
la
tinta?
Esas
treguas, islas, islotes,
pequeños
globos de helio,
aunque
sean reales se deshabitan,
es
como silbar una canción:
Música
de C02 que no construye nada.
¡Yo
quiero oxígeno amor, oxígeno!
Abrir
los ojos y llenarlos de lágrimas vivas.
Ha
llegado mi turno,
marca el número 29.767,
me
toca ya pedir.
Ahora
quiero abrir este cactus que me viste
de
parte a parte,
y
que haya una mano rozando mi mano,
durante
el tiempo que esté
en
cuidados intensivos.
-No
se admite ninguna excusa-
Nená de la Torriente