lunes, 20 de enero de 2014

-Torpes licencias-

-20 de enero, 
 un año más-

Sólo quería una casa pequeña, 
unas botas altas y una charca. 
Con tiempo haría un sembrado 
y empezaría por unas zanahorias, 
después lechugas,  y con unas ramas 
cruzadas plantaría los tomates. 
También un perro de lanas que se lanzase siempre 
a darme lametazos, 
y una buena cama donde dormir calentita. 
Cuando me sintiera alcanzada o extraña, 
o impotente ante los males del mundo, 
saldría a la charca a dar saltos 
y a gritar con todas mis fuerzas. 
Después un baño de bañera y a dormir 
como una marmota. 
Al menos ahora ese espíritu sencillo lo tengo 
en algún bolsillo de cualquiera 
de las chaquetas que llevo puestas. 
Porque no te cambia la vida que haces 
si tú no te dejas. 






Nená de la Torriente