-La (vida) canalla-
Sobrevivir
al cinismo,
a
la manipulación,
a
la canción de cuna de los
que
aprenden a no llorar nunca.
¿Cómo
sobrevivir a todas esas cosas?
¿Cómo
convivir con los casi humanos
que
asienten pero no comprenden,
que
parecen sensibles pero no lo son,
que
se venderían por un puñado de mierda?
¿Quién
puede enseñar a separar
las
palabras que brillan sentidas,
los
silencios que se intuyen sin artificio,
los
ojos que parecen jeremías…?
A
estas alturas vuelco mi cesto de mimbre
y
lo recojo todo
¡Venid, venid a mi casa! Les grito.
Aún
con todo –pienso-
estarán
mejor conmigo.
Nená de la Torriente